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Trabajando juntos para construir resiliencia al cambio climático y proteger el agua vital en la Sierra de las Minas en Guatemala

No solo las personas necesitan ser resistentes al cambio climático, sino también las empresas y la naturaleza. Cuando los conservacionistas, las comunidades y usuarios del agua trabajan juntos, puede marcarse la diferencia.

En Guatemala, miles de personas llaman hogar a las cuencas hidrográficas de Teculután y Pasabien. Al amparo de icónicos bosques nubosos, los ríos fluyen desde la región montañosa llamada Sierra de Las Minas; proporcionando agua dulce para la naturaleza y estas comunidades, para beber, mantener la higiene y saneamiento, para la agricultura, así como para operaciones comerciales y mucho más.

Impacto climático

Aquí los ríos deberían fluir y los bosques deberían prosperar, alimentando a las comunidades que los rodean. Pero los impactos del cambio climático están pasando factura, con graves consecuencias. Las sequías son más frecuentes y severas. Los incendios forestales se están volviendo incontrolables. Con lluvias cada vez más irregulares, los cultivos están fallando, y muchos abandonan sus granjas por completo para buscar otros medios de vida o deciden trabajar en un terreno más grande con la creencia de que cultivar más tierras resolverá el problema, invadiendo áreas que no están destinadas a agricultura.

Las comunidades rurales en la cuenca dependen del agua de la fuente cuenca arriba para el agua potable, que a menudo está contaminada con lodo de la erosión causada por la deforestación. Los cambios en el clima han contribuido al aumento de la escasez de agua, así como a los eventos de fuertes lluvias, aumentando la escorrentía en la cuenca. Los miembros de la comunidad informan que los ríos solían ser cristalinos, pero ahora están turbios.  

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De vuelta a la fuente

A pesar de la difícil situación en Guatemala, no se pierde toda esperanza y el futuro parece positivo. Esta región se ha convertido en un ejemplo de mejores prácticas a la hora de abordar la escasez de agua y garantizar que el recurso compartido del agua se gestione y proteja para las generaciones actuales y futuras.

Hace más de 10 años, trabajando junto a las comunidades locales, WWF-Guatemala / Mesoamérica y la Fundación Defensores de la Naturaleza (FDN) lanzaron una iniciativa en la Reserva de la Biósfera Sierra de las Minas para ver la forma en que se gestionaba el agua aquí, en cuencas específicas. El Sistema de la Compañía Coca-Cola (oficinas centrales y embotelladores) fue uno de los primeros participantes en esta iniciativa, invirtiendo en la sostenibilidad del agua.

El trabajo en curso en esta región ahora adopta un enfoque holístico para la gestión del paisaje y el agua basado en la información climática. Al invertir en planes integrados climáticamente inteligentes para la gestión de la cuenca hidrográfica que incluyen extinción de incendios forestales, sistemas de alerta temprana y otros proyectos climáticamente inteligentes, estamos trabajando para construir la resiliencia del paisaje en beneficio de las personas y la naturaleza. La naturaleza también ayudará a proporcionar soluciones específicas aquí. Los proyectos de reforestación utilizarán árboles nativos que pueden prosperar en un clima más cálido y seco en la cuenca.

Los efectos cada vez más graves del cambio climático están trayendo nuevos desafíos con las nuevas soluciones necesarias.  Guatemala es un ejemplo de dónde es necesario volver a la fuente del desafío, que a la vez es parte de la solución, observando la salud de las cuencas hidrográficas en general. Debido a que todo está conectado aquí, desde los bosques nubosos en las cabeceras hasta las comunidades que habitan cuenca abajo, la forma en que cada una de las partes interesadas responde al cambio climático impacta a todos.

Comunidades en el nucleo

Las comunidades y las personas que viven en esta región están en el centro del progreso que estamos propiciando en esta zona. Antes de que comenzara la iniciativa, los bosques se usaban de manera intensiva en la parte superior de la cuenca para obtener combustible para cocinar y se limpiaban las tierras para la agricultura de subsistencia y la ganadería. Esto todavía sucede, pero cada año con menor intensidad, ya que las comunidades se han comprometido y empoderado. Como parte del trabajo, las comunidades recibieron estufas de bajo consumo para reducir la necesidad de quemar madera de los bosques, así como las oportunidades de ganarse la vida con actividades como la prevención y control de incendios forestales y la reforestación. Ahora las comunidades comprenden la importancia de la fuente de agua para su salud y sus medios de vida y trabajan junto con sus contrapartes que también se interesan en protegerla.

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En números: trabajo en la cuenca del Pasabien

• 27 personas capacitadas como bomberos y más de 70 capacitadas en prevención y control de incendios forestales.
• US$ 10,000 provistos en equipo contra incendios
• 10,000 árboles plantados
• 35 estufas energéticamente eficientes proporcionadas
• 500 hectáreas en una zona forestal crítica protegida

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